Ya pasaron... 15 días. Es mucho
tiempo esperando, teniendo en cuenta que no quiero esperar más. La probabilidad
de verte de nuevo es una infinita dicotomía, Natalia. No hay mucha diferencia
entre el 50/50 y el 100%, podemos verlo en la historia del pensamiento. Ha sido
siempre así; como si todo lo que existe pudiera medirse a partir de dualidades:
el bien o el mal, Dios o Satán, comunistas o capitalistas, rojos o azules,
negros o blancos, ricos o pobres, hombres o mujeres, sacro o profano, sopa o
seco, gaseosa o jugo, racionalistas o empiristas, esto o aquello, sin Natalia o
con Natalia, vivo o muerto, el espejo o yo. Tal vez lo de los negros o blancos
no funcione mucho dado los morenos, trigueños, mestizos, mulatos… que mas da,
todos son tipos de gente, qué se yo y todo es lo mismo a fin de cuentas, la única
diferencia es con o sin y la síntesis es que falta algo, siempre falta. Todos
los días despertamos y falta, falta algo, como si contásemos el tiempo prometiéndonos
que terminará. ¿Qué otro motivo puede haber para contar el tiempo sino es para
saber cuando se acaba? Finalmente, el círculo tiene un principio y un final aunque
reinicie. Lo inventaron infinito porque nunca llegó lo que faltaba, hay que
esperar cinco minuticos mas. Creo que a todos nos falta una Natalia… Natalias
para todos, en muñecas inflables y en helados con forma de Natalia, libros
sobre Natalia, películas de Natalia. No podría decir que ella no es el secreto
del universo, a lo mejor es por eso que el sol brilla o hay agua en polvo, agua
con o sin Natalia. Puede que haya sido el secreto de mi universo y puede que me
este llamando ahora mismo.
-Aló?
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