En un rincón del bus,
de pie,
Alicia tiene el pelo
atado y
La mirada al revés.
Está aplastada por la
gente,
Está atrapada en la
puerta.
Toma sorbos de aire y
se cierra la chaqueta.
Detrás de ella hay un
joven
Con los pies torcidos,
La maleta en la boca,
Le salen cables de los
oídos.
Alicia no puede
moverse,
Se le está clavando un
tubo en la pierna
Y el tipo insiste en
recibir las vueltas.
No va a mirarle la
cara,
Hay que despistar.
Aunque la incomode
Falta mucho para
llegar.
Alicia se hace la
indiferente
Por esta mala mañana
Tan llena de gente.
Si se hubiera
levantado más temprano,
Si se hubiese dormido
a buena hora,
Si no se le hubiera
acabado la comida,
Si le hubiesen pagado
a tiempo,
Si no hubiera llovido,
Si no faltara plata,
Si no hubiese nacido.
Le quitan la muerte en
un brinco,
Abre los ojos y
Se encuentra con los
de él;
-“Qué pena, perdón”-
El tipo sostiene un
billete en la mano
Con que la tocó.
Alicia aprieta la boca
y
Da la espalda otra
vez.
Qué más da sino se
puede correr.
Algunos dejan el bus.
El que está atrás suyo
suspira,
Da un paso largo y se
sienta.
No había podido verla
bien y
Ella también lo mira.
Lo mira escribiendo y
tuerce los ojos.
Él sabe que ella canta
haciendo muecas,
Él sabe que todos los
viernes viste de negro,
Él sabe que nunca toma
ese bus,
Él sabe que ella no se
sienta.
Sabe también que algo
le duele,
Sabe que cuando sonríe
esconde los dientes,
Sabe que tiene algo que hacer.
Ella se siente vieja.
Sabe que él sabe que
no lo quiere ver.
Sabe que él sabe su
nombre muy bien.
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