martes, 20 de septiembre de 2011

La vida de los demás


Ahora que estoy solo entiendo lo que significa pensar en la vida de los demás. Cuando caminas en la noche sin un propósito en la vida, con miedo y sin tiempo puedes preguntarte sobre el chico que cocina las pizzas en el restaurante o el que espera de pie toda la noche en un negocio vacío. Antes no, antes es parodia de literatura, es desdoblamiento ficticio. Ahora me lo puedo preguntar porque yo también estoy al filo de la perdición, porque soy un fantasma en la ciudad. Y todavía ellos atienden mi llamado, sirven mi mesa, qué lejos me encuentro de la muerte.

Ahora que me lo pregunto, me pregunto si son como yo, si están allí como yo estoy aquí y si podré estar donde ellos están. ¿Y luego qué, dónde nos hallaremos?  Si llego a ser uno de ellos, uno de ellos deberá dejar de ser como es y convertirse en mí, quizás. No sé si podremos compartir un espacio sin esta transformación. Pero no es que exista un número limitado de roles, es que sería insoportable para mi dejar un vacío en el universo. No es totalmente necesario que sepa cómo ser yo, porque yo también podría aprender a preparar una pizza.


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