sábado, 24 de septiembre de 2011

No veo


Traigo otro de los frutos de mi bosque acompañado de la grandiosa obra que Gisela Sarmiento realizó tomando extractos del texto que esta debajo para hacer una película. No duden en dar click aquí para ver el resto de su trabajo,




Hace mucho que no me veo. Estoy ahogándome tras un velo de angustia incontrolable, con un aguijón enterrado en la columna, en el cráneo y con el vómito atascado en la garganta. Soy un aborto, una sombra, pero no estoy al margen ni en medio, ni en ninguna parte; soy la basura que no hay que molestarse en limpiar. Ahora conozco una ira nunca antes imaginada, una ira tempestuosa que arde, arde como un cigarrillo en la piel, conozco la imposibilidad de reconocer cualquier objeto, el sueño constante, los parpados pesados de tristeza, incertidumbre y tormento.

Poco a poco empieza a emerger mi juventud, la juventud de nuestra juventud -vida sin sueños y sin sentido- y me voy replegando en mi guarida como una serpiente herida. No queda mucha rebeldía en mis puños, no queda mucho destino ni transformación, se está abriendo el capullo de esta metamorfosis al paso de una bola hedionda de muerte y sudor coagulado. No existe la libertad en este mundo de publicistas, de deseos infinitos y baldosas rotas. Me veo obligado a recoger monedas del suelo como un pordiosero –sin poder ni saber serlo- y enseñárselas a la vidriera. Mi refugio del sol es la vergüenza.

Si algo de este mundo nuevo valiese un pedazo del vacío que deja el hambre sabría cómo pelear pero no encuentro, no veo, estoy ciego, demasiada ira, ira rabiosa punzante sombra. ¿Dónde están mis hermanos? Solo veo la tranquilidad en los ojos aún brillantes de la mujer que amo y se abre de colores fantásticos una cierta debilidad. No quiero cantarle a los muertos, tampoco a mis dioses, no quiero cantar a nada, no quiero verle los pliegues al césped, no sé dónde están mis pies. Solo quiero golpear, golpear con la fuerza reprimida de dos mil millones de años, fulminar con los ojos las fuerzas del tiempo y la voraz marca de la consciencia. ¿Qué vanidades hay en el umbral? Estúpido mundo de mierda, espero que algo algún día me divierta.

1 comentario:

  1. Realmente me gusta mucho. Lo leo y es como ver la representación de lo que siento.

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